A la crisis, neuronas : el por qué

Este blog, o cuadernillo, como a mí me gusta llamarlo, pronto va a cumplir dos meses.
En éstos dos meses mis ojos han pasado muchas horas delante de ésta pantalla, intentando que el marco blanco que aparecía delante mío consiguiese plasmar todos y cada uno de los pensamientos que iban y venían, de aquí y de allá, dentro de ésta cabeza, que por dentro suena como un mercado medieval, tal es el griterío y las voces que producen sus ecos, sus ofertas y sus demandas. Claro está que, como en buen mercado, debo elegir aquello que necesito y dejar para el postrer aquello que no. Es un pequeño universo de trueques y regateos, pero merece la pena oírlo. Algún día os contaré cómo son sus calles y os hablaré del alguacil de la puerta. Es aquél que a veces no me deja entrar y me mantiene en silencio por días.

Es la primera vez que hablo del cuadernillo, del por qué surgió y por qué sigue.
Bien, aquellos que me conocen bien saben que no suelo tolerar las injusticias, y ello me sigue costando, tantísimos entuertos. Pero vosotros, que sóis personas calmas, se que confiáis en que algún día yo también aprenda el difícil arte de la diplomacia, aunque no me encuentro,de momento, a la altura de ofreceros ninguna promesa, tan solo puedo deciros que lo intentaré.

A la crisis neuronas significa simplemente eso. Simplemente que, aquellos que nos intentan aniquilar en ésta guerra sin sentido (donde vemos como nuestros amigos o familiares pierden todo aquello por lo que lucharon en su vida, y tropiezan por ella como el boxeador noqueado a punto de caer al suelo) muestran una carencia total de éstas. O un exceso. En todo caso, en un extremo u otro, en cualquier punto que se posicionen, nos demuestran dos cosas :  o que son completamente imbéciles, o unos sádicos malnacidos sin precedente alguno en la memoria colectiva,(debiéramos ya retrotraemos a la época de la Santa Inquisición o de los totalitarismos aniquilantes). Esta carencia de inteligencia, o por el contrario, el derroche de la misma ,con fines de mero sadismo económico, ha provocado en mí tal bruxismo que apenas me quedan muelas, de tanto que apreto las mandíbulas en un gesto típico de agresividad retenida. Desgracia que ésto no sea Castilla y que no exista un Cid.
Si por mi fuera, amigos, os pediría que, dado que sólo tenemos una vida, y está sobradamente demostrado que no la dirigimos nosotros, nos alzásemos todos a una y construyésemos, de una vez por todas, un mundo justo y cabal, y nuestro, y que una vez creado, pudiésemos mirarlo con el orgullo de haber creado una criatura perfecta, porque esa utopía existe porque, después de tantos miles de años de civilización, es de estúpidos hacernos creer la posibilidad de que el mundo tienda a la distopía... De estúpidos, o de malnacidos.

Así que, dado el hecho empírico que todos los que deslizáis vuestras bellísimas pupilas por entre éstas líneas, apelo a que sigáis usando vuestras neuronas para que, al menos, la crisis sea sólo una palabra, y no la transformación de nuestra esencia en aquello que otros designen para seguir haciéndonos creer que, a la forma de un grotesco padre, demente y sibilino, lo que nos dan es lo que merecemos.

Os pido disculpas por el tono del apunte; soy consciente que ya habíais llegado a ésta conclusión antes que yo. Lo único que puedo decir a mi favor es que sólo hoy, dos meses después, esas voces que me gritan tantas historias me han pedido que me una a vosotros.

A la crisis,....neuronas!!!